¡Auténtica en un Mundo de Máscaras!
- Sara Pastor
- 16 feb
- 3 Min. de lectura

Permítanme compartir estas reflexiones dirigidas principalmente a nosotras y no por que seamos las únicas que padecemos de “mascaritis” sino por en términos generales lo sufrimos más.
Vivimos en un mundo donde la imagen es todo. Redes sociales llenas de vidas perfectas, las expectativas de “tienes que ser esto o aquello” y ese “deber ser” que parece venir incluido en el kit de humanidad. Es como si todos tuviéramos que usar máscaras para encajar, para ser aceptados o simplemente para no ser juzgados. Pero, oye, ¿qué pasa con nosotras? ¿Dónde queda nuestra verdadera esencia?
Hoy quiero hablarte de algo que, aunque suene súper profundo, tiene mucho de liberador la autenticidad. Esa capacidad de ser quien realmente eres, sin filtros ni maquillaje emocional. ¡Vamos a desmenuzar esto juntas!
Ser auténtica no significa andar contando TODO lo que piensas o sientes (eso sería transparencia extrema y, seamos honestas, no siempre es práctico ni necesario). Es más bien ser fiel a ti misma: a tus valores, a lo que sientes y piensas, aunque a veces no lo compartas con el mundo. Es como ser tu mejor amiga interna, sin rollos, sin pendejerias ni máscaras.
En términos prácticos es poder decir “no” cuando en realidad no quieres algo (y sin sentirte culpable, por favor). Es Tomar decisiones que realmente van contigo, no con lo que los demás esperan. Mostrarte vulnerable cuando lo sientes, sin miedo a ser juzgada.
Vamos a hablar claro que todas tenemos un “closet” lleno de máscaras que usamos dependiendo del contexto. Aquí te comento las más comunes, pero vamos, que las hay como los mantecados(helados en otros países).
1. La máscara profesional. La de “soy perfecta, nunca cometo errores, todo bajo control”.
2. La máscara social. Siempre feliz, siempre divertida, siempre “la onda”.
3. La máscara familiar. La fuerte, la que nunca se derrumba o siempre tiene que resolverlo todo.
¿El problema?
Usar estas máscaras cansas. Agota. Te desconecta de quien realmente eres y, al final, terminas sintiéndote… vacía.
Ok, pero… ¿por qué ser auténtica es tan importante? Té cambia la vida!. Y no exagero. Mira lo que ganas:
- Paz interna. Dejas de pretender y eso, amiga, es como soltar una mochila llena de bloques.
- Relaciones profundas: Cuando eres auténtica, conectas de verdad con los demás (y no solo con su versión “de Instagram”).
- Fortaleza emocional: Ser tú misma, aunque dé miedo, te hace más fuerte. Punto.
¿Cómo empezar a ser auténtica sin morir en el intento?
1. Autoconocimiento ¿Qué valores son importantes para ti? ¿Qué máscaras estás usando? (Sí, toca mirarlas de frente). Escucha tus emociones: te están gritando lo que necesitas.
2. Aceptación. Ama tus imperfecciones. Son parte de lo que te hace única. ¿Esas diferencias que tienes? No son defectos, ¡son tu superpoder!
3.Acción. Toma decisiones que reflejen quién eres de verdad. Aprende a decir “no” sin dramas ni culpas. Expresa lo que sientes, pero hazlo con amor y en el momento adecuado.
Pero, obvio, habrá retos
Por supuesto, no todo es color de rosa. La autenticidad tiene su precio y a veces asusta.
El miedo al rechazo: “¿Y si no les gusto siendo yo misma?
Las dudas internas: “¿Soy suficiente, así como soy?”
Las presiones externas “¿Qué pensarán los demás?”
¿Cómo enfrentar esto? Practica la autocompasión: habla contigo como lo harías con tu mejor amiga. Rodéate de personas que te acepten como eres. Recuerda que tu valor no depende de los likes ni de la aprobación de nadie más.
Quitarte la máscara es un acto de amor propio
Ser auténtica no es algo que logras de la noche a la mañana. Es un proceso continuo, lleno de pequeños pasos y decisiones. Pero, créeme, vale totalmente la pena. Porque en un mundo que constantemente te empuja a ser otra persona, ser tú misma es un acto de valentía… y un regalo para ti y para los demás.
Así que aquí va la pregunta final ¿Te atreves a quitarte la máscara y mostrar al mundo lo increíble que eres?
Si lo haces, no solo transformarás tu vida, sino que inspirarás a otros a hacer lo mismo. ¡El mundo necesita más autenticidad, y tú eres parte de ese cambio!




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