Envidia entre mujeres no es el problema
- Sara Pastor
- 14 ago
- 2 Min. de lectura
La envidia entre mujeres no es el problema, el silencio sí.
Seguro que si te pregunto si has sentido envidia, primero me vas a mirar mal y después la respuesta es inmediata…NO.
¿Alguna vez te ha pasado que ves a otra mujer triunfar en lo que sea: trabajo, cuerpo, pareja, viajes, paz mental, redes y sientes ese” ufff “incómodo en tu cabeza o en el pecho? Eso no te hace mala persona. Te hace humana.
La envidia existe. No es linda, pero es real. Lo que hacemos con ella es lo que marca la diferencia.
Nos enseñaron a competir, no a compartir
Desde pequeñas nos metieron la idea de que hay un solo lugar en el podio.
Una sola puede ser la linda, la lista, la divertida, la talentosa... como si ser mujer fuera un concurso donde si una brilla, la otra se apaga.
Y así vamos por la vida, comparándonos, midiéndonos, fingiendo que no pasa nada. Y el problema no es sentirlo. Es callarlo.
La envidia silenciada se vuelve sombra. Se transforma en crítica disfrazada de “preocupación”, en distanciamiento raro, en celos camuflados de ironía.
Pero cuando la nombramos sin vergüenza, pierde fuerza.
Imagina esto. “Oye, me sentí un poco envidiosa cuando contaste eso… pero también me alegra mucho por ti. Qué loco que una pueda sentir ambas cosas, ¿no?”¡BOOM! Honestidad radical. Vulnerabilidad compartida.
No es fácil, pero es más sano que fingir que no pasa nada mientras se hierve la tensión por dentro.
¿Y si la envidia nos hablara? Quizás diría cosas como:
“Eso que tiene ella, tú también lo quieres… ¿por qué no vas por ello?”
“Te gustaría brillar más, pero te da miedo ser juzgada.”
“No estás enojada con ella, estás frustrada contigo misma.”
La envidia no es una enemiga. Es un espejo.
Y si dejamos de verla como tabú, algo malo que hay que callar, podríamos usarla como brújula. Más complicidad y menos competencia.
Si te estás comparando mucho, pregúntate ¿Qué es eso que admiro en ella?
¿Qué parte de mí está deseando crecer también? ¿Y si en vez de sentirme menos, uso esto como inspiración?
Cuando entre mujeres nos decimos cosas como:
“¡Te admiro un montón por eso!”
“Me inspiraste a intentar lo mismo.”
“Gracias por mostrar que eso es posible.”
...estamos rompiendo siglos de condicionamiento.
No se trata de ser perfectas. Se trata de ser honestas.
La envidia entre mujeres no debería ser un secreto vergonzoso, sino una conversación abierta. Porque si la soltamos, si la miramos de frente, ya no nos controla.
Y lo más mágico: cuando dejamos de competir, empezamos a acompañarnos.
Te quiere siempre
Sara Pastor, una mujer que no caduca






Comentarios