La belleza de lo simple
- Sara Pastor
- 27 jun
- 2 Min. de lectura
La belleza de lo simple, volver a ti sin tener que demostrar nada.
No necesitas tener la vida resuelta, ni un aura mística, ni una agenda llena de cosas “importantes” para sentirte plena. Sólo necesitas volver a ti. Y no, no necesitas permiso para eso.
A veces sentimos que si no estamos haciendo mil cosas, logrando metas, subiendo reels, cuidando a medio planeta y tomando matcha… no estamos “aprovechando la vida”. ¡Error, amiga!
Ese corre-corre constante es agotador. Y, seamos sinceras, muchas veces lo hacemos más por validación externa que por deseo real.
Así que aquí va la propuesta del día:
¿Y si simplemente dejas de demostrar y empiezas a habitar tu vida desde lo que te hace bien?
Te comparto esta reflexión por si te resuena. Volver a ti (sin perderte en el intento)
Volver a ti no es aislarte en una cueva (aunque hay días que es tentador ), ni tenerlo todo resuelto emocionalmente.
Volver a ti es más bien:
Escuchar tu voz interna sin el filtro de Instagram.
Pararte frente al espejo y decir “Hoy no estoy para nadie… y está bien.”
Elegir lo simple, lo real, lo que te hace bien — aunque no dé likes.
El problemita: estamos programadas para demostrar.
Desde pequeñas nos enseñaron a:
· Ser “buenas” (traducción: agradables, complacientes, responsables, cansadas)
· Ser “productivas” (traducción: estar ocupadas hasta cuando dormimos)
· Ser “exitosas” (traducción: cumplir expectativas ajenas con una sonrisa perfecta)
¿Resultado? Una sensación constante de que si no estamos demostrando algo… estamos fallando.
Pero ¿y si nos planteáramos la opción de “no tienes que demostrar nada para ser suficiente”? ¿Qué pasaría? Es tentador imaginar nuestro entorno sin “lo esperado”.
¿Cómo dejo de vivir para demostrar? (modo práctico)
Aquí van unos mini hacks para reconectar con tu centro:
1. Haz algo cada día que no publiques en redes.
(Tu alma no necesita validación externa para vibrar alto, te lo juro).
2. Date permiso de hacer nada.
Sí, NADA. Sentarte, mirar el techo, respirar. No eres vaga, eres sabia.
3. Cambia el “tengo que” por “quiero”.
Ejemplo: “Tengo que salir” ¿De verdad quieres? Si no, cancela con amor.
4. Elimina una tarea innecesaria de tu lista.
¿Qué estoy haciendo últimamente solo para “quedar bien”… y qué pasaría si simplemente dejo de hacerlo?
Esa que agregaste solo para sentirte ocupada. Nadie lo va a notar, prometido.
Recuerda esto:
No tienes que correr para alcanzarte.
No tienes que vestirte de éxito para valer.
No tienes que decir que “sí” para merecer amor.
Y recuerda, la belleza no siempre se nota… pero siempre se siente.
¡Un abrazo de esta mujer que no caduca!
Sara Pastor
Comentários