Nunca es tarde si la dicha es sabia
- Sara Pastor
- 14 jul
- 3 Min. de lectura

Nunca es tarde si la dicha es sabia (o al menos buscado en Google)
Hay un momento en la vida en que una se da cuenta de que la tecnología avanza más rápido que tu capacidad de actuar como si entendieras. Un día estás usando emojis como una campeona y al siguiente descubres que el ícono de la risa ya es “de vieja” . ¿Perdón?
Pero no te confundas eso no significa que estamos quedando fuera del juego.
Significa que toca afilar el WiFi y el carácter.
Porque no estás caducando. Estás actualizándote… a tu ritmo, sí, pero con estilo.
Manual para no colapsar con cada app nueva. ¡Coño! que mucho las actualizan.
La primera vez que abrí una videollamada de Zoom ( en mi defensa hace años), terminé viéndome desde tres ángulos distintos sin poder apagar ninguno. Parecía una instalación de arte moderno. Ahora con la nueva versión de vez en cuando salen globos. Lo bueno es que ya no me importa.
Después intenté meterme en Instagram Reels y terminé grabándome si querer en vivo con pijama y los rolos puestos y gritando en vez de apagar el video. Tuve que llamar a uno de mis hijos que me ayudara por teléfono a eliminarlo. Menos mal que era de madrugada.
Y sin embargo, seguí.
No porque quiera ser influencer (aunque si alguien me quiere regalar algo yo para que lo pruebe, acepto), sino porque entendí algo clave:
Aprender tecnología no es para parecer joven. Es para no volverse invisible.
No se trata de saberlo todo. Se trata de no tenerle miedo.
Te digo la verdad: a veces me siento una señora tratando de programar un cohete cada vez que me piden usar una nueva plataforma, o cuando me preguntan “¿ya estás en Discord?”. Y yo respondo como toda mujer digna de sí misma” Estoy en mi oficina”. La voz de la otra persona no dejaba duda de su reacción.
Pero lo intento. Me equivoco. Me vuelvo a meter.
Y esa es la diferencia. No hace falta saber programar en Python ( lo busque en Google).
Hace falta no aceptar la idea de que ya, que esto no es para mí.
Porque ese “ya” es el principio del apagón.
Y nosotras, perdóname, pero somos puro voltaje. Aprender no es acumular. Es volver a encender.
No es que ahora quieras ser hacker o youtuber (aunque, ¿por qué no?).
Es simplemente darte cuenta de que la curiosidad sigue viva, que no necesitas permiso para hacer clic donde te dé la gana, y que aprender algo nuevo por más absurdo, técnico o innecesario que parezca, es la manera más clara de decirle al mundo “Todavía tengo cosas que decir. Y sí, sé cómo encender la cámara.”
Si estás leyendo esto desde el celular, la tablet o una laptop con 43 pestañas abiertas (como yo), ya estás en el camino. Antes en mi pantalla tenia una constelación de documentos y carpetas ( mi miga Milagros de Lourdes sabe que es cierto).
Aprender tecnología no se trata de seguirle el ritmo al mundo.
Se trata de no dejar que el mundo te arrastre al rincón de las cosas obsoletas.
Tu cerebro no caduco. Tú deseo de participar no caduca. Lo que caduca es la idea de que solo los jóvenes tienen derecho a entender el presente.
Aprender algo nuevo no te hace moderna. Té hace libre.
Y en este mundo de algoritmos implacables, ser una mujer libre es el acto más revolucionario que hay.
Te leo en los comentarios y te quiero.
Sara Pastor
Una mujer que no caduca
Me identifiqué completamente , gracias Sara por darme la perspectiva que a veces necesito 💪🤗