top of page

Soy única, no un algoritmo

  • Sara Pastor
  • 27 abr
  • 2 Min. de lectura

No sigo patrones, creo mi propio código (y a veces lo cambio a mitad del camino, porque se vale)

Vivimos en un mundo donde todo, TODO, parece venir con instrucciones. Desde cómo lograr el abdomen perfecto en 7 días (¡Si Pepe!), hasta cómo encontrar al “amor de tu vida” en 3 pasos. Hay fórmulas para todo: para ser la jefa ideal, la mamá ejemplar, la novia que no molesta, la amiga que siempre está, la hija perfecta… ¿Y si ya basta con tanta m….?

Porque, seamos honestas ¿a quién le ha salido bien seguir todos esos pasos sin volverse loca por el camino?

Este no es solo un post inspirador de “cree en ti” (aunque sí, créetelo, mujer), es un manifiesto de autenticidad con glitter, fallos del sistema y emojis ( traducción de malas palabras). 

Soy única, no un algoritmo, significa que no nací para ser parte de un molde hecho por nadie más. Ni la sociedad, ni Instagram, ni los estándares de “éxito” que cambian cada cinco minutos.

Vivimos rodeadas de algoritmos, sí, los de las redes, los del éxito, los de “esto es lo que deberías estar haciendo a tus 30, en tus 50”. Pero ¿y si mejor mandamos ese guion al  car……. ¿Perdón, paseo y escribimos el nuestro? A veces, ni siquiera sabemos qué queremos porque estamos ocupadas cumpliendo las expectativas de todo el mundo... menos las nuestras.

Crear tu propio código no es solo una frase cool que pondrías en tu bio de Instagram, es algo real. Es mirarte al espejo y decirte: “hoy no tengo idea de lo que estoy haciendo, pero al menos lo estoy haciendo a mi manera”. Y eso, amiga, vale oro.

No seguir patrones no significa vivir en el caos total (aunque, si es tu estilo, adelante con tu revolución interna). Significa tener el valor de escucharte a ti misma, aunque a veces suenes contradictoria, rara, cambiante... humana. Uyyy!! humana!!!, ¿qué, se nos olvidó lo que somos?

Y ojo, que ser única no es sinónimo de ser perfecta, ni de tener la vida resuelta en modo Pinterest. Es más bien ser esa versión de ti que a veces tropieza, que se reinventa, que dice “no sé” y que baila sola en la cocina cuando nadie la ve. O  se ríe a carcajadas con la boca abierta cuando algo te hace gracia, aunque se te vean las amígdalas. Porque le da igual.

 

Así que la próxima vez que sientas que no estás "encajando", recuerda no naciste para encajar. Naciste para desarmar el molde. Para decir “esto no va conmigo” y armar uno nuevo, más a tu medida, más a tu ritmo, con más caos bonito y menos presión inútil.

Hazte caso. Hazte espacio. Haz tu propio código.

Y si un día se te olvida cómo se escribe, no pasa nada… se reescribe. Aquí se reinventa.

Cuéntame tus opiniones sobre el tema, para mi es valioso conocer el parecer

De otras mujeres para aprender.

Sara Pastor

Una mujer Que no Caduca

 
 
 

Comments


bottom of page